lunes, 24 de agosto de 2009

algunas de las 21 habilidades que todo futuro odontólogo debe tener en el siglo XXI

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Cuando un profesional recién graduado inicia su ejercicio profesional se encuentra que hay pocos puestos de trabajo, salarios desfavorables y todo tipo de controles para abrir su consultorio (COP, MINSA, SUNAT, Municipalidades y hasta la Junta de Propietarios del edificio donde piensa poner su consultorio o clínica).
Por lo cual muchos optan por aplicar a una beca o sencillamente ejercer en otro país donde sean mejor valorados, sin embargo, cuando les solicitan que registren su curriculum surge la necesidad de evaluar ciertas habilidades distintivas. Esas habilidades serían:
1) Dominio de un segundo idioma
Que para nuestro caso es el inglés. Se han incrementado las horas de aprendizaje de este idioma en la universidad, pero no estamos trabajando en la construcción de una comunidad odontológica bilingüe. Esto permite aprender en tiempo real la fuente del conocimiento, integrarse y expresar las ideas propias sin limitaciones.
Los profesores deberíamos generar esta necesidad, pero muchas veces no dominamos a la perfección un segundo idioma; de manera que éste debería ser un reto superior.
2) Dominio de las tecnologías de la información
También llevamos años oyendo sobre los estudiantes nativos digitales y los docentes inmigrantes digitales, pero en la práctica, ¿qué tanto estamos utilizándola o beneficiándonos de las ventajas digitales? La conexión de banda ancha a Internet no puede ser un lujo para un estudiante de odontología. La proporción dentro de las salas clínicas de la facultad del número de computadoras por estudiantes debe mejorar aún mucho más (llegaron las laptop al pregrado y no se iran jamás). El uso de nuevos dispositivos de información como los teléfonos celulares con tarjetas de almacenamiento de 8-16 gigas y conexion wifi está cambiando la forma de ejercer las ciencias de la salud. En Estados Unidos, 40 a 50% del personal de salud las utiliza en los hospitales, no por lucirlas sino porque son útiles, pueden guardar una gran cantidad de información, libros enteros, tienen capacidad de búsqueda específica al conectarse inmediatamente a internet en el ambiente clínico, almacenan historias y permiten advertir efectos colaterales o interacciones medicamentosas peligrosas en el momento de la prescripción. Eso sin mencionar las laptop que se han quintuplicado en las clínicas.
Por cierto esto me paso hace poco en la clínica: un estudiante que tenía su laptop encendida, se me acerca y me pregunta: ¿Qué le receto a mi pacientito? a lo que yo le pregunto ¿cuál es la dosis en mg/Kg de peso de.....? el estudiante blanquea los ojos y me responde: no sé Dra, inmediatamente me percato que tiene su laptop encendida y le digo: si tienes acceso inmediato a la información porque no buscas la dosis de ..... y luego conversamos sobre la elección del fármaco que vas a dar recetar a tu paciente. Espero que ese estudiante no olvide de por vida que para ese fármaco la dosis en mg/Kg de peso es .....
Por lo tanto la generalización de estos dispositivos digitales en el área de salud es casi obligatoria, pues es una ayuda más para generar aprendizaje significativo en tiempo real. En este aspecto los profesores tenemos una gran responsabilidad.
3) Adecuada gestión de la información:
Como complemento de lo anterior, un estudiante debería saber exactamente cómo y dónde buscar la información. Si antes la diferencia era conocer la información, hoy en día es saber dónde buscarla, porque hay demasiada y de diversas fuentes. Los futuros odontólogos deberían tener un conocimiento total de las bases de datos médicas, de los índices de referencia, de los términos de búsqueda, de los recursos médicos a través del Internet y conocer en éste las formas y sitios que sí valen la pena, para que no se pierdan en el mar de información inútil que muchas veces se obtiene o anden preguntando ¿Dra en mi curso de......me han mandado investigar.....donde busco? (yo muchas veces pienso, ¿es que no tienen la suficiente confianza con el profesor de ese curso para preguntarle lo mismo?), eso es lo que me ha motivado a abrir este blog, donde podremos interactuar con información relacionada a ODONTOPEDIATRIA y no como escuché en alguna conversación ..... pero si lo dice la Dra..... o el Dr..... es que debe ser así, si no hay evidencia científica no basta que como docentes digamos: "...en mi experiencia...esto es así...", como estudiante hay que tener el suficiente coraje para preguntar "¿Dr... o Dra.... su experiencia donde está publicada.... para poder leer y entender exactamente lo que nos trata de explicar?"
Una vez obtenida la información, el estudiante debe saber analizarla, qué leer y qué no. Y para ello es necesario que tenga claridad sobre los elementos constitutivos de la redacción científica y del nivel de evidencia de cada artículo que lee. Tener estas habilidades ahorra mucho tiempo y beneficia a todos.
Nuevamente es necesario que los profesores también conozcan y utilicen las bases de datos disponibles, para así crear conciencia en los estudiantes.
4) Capacidad de trasmitir el conocimiento:
A pesar de lo difícil que puede ser mirar con una óptica académica nuestro ejercicio, hoy en día a ese estudiante recién egresado que busca una beca para estudios en el exterior o al que desea ingresar a un postgrado aquí en el Perú, nunca le preguntan cuántas horas trabaja o cuántos trabajos tiene, y si los hace bien o mal. Le preguntan universalmente cuántas publicaciones tiene y cuáles han sido, así de simple. Las publicaciones científicas es lo que queda como tangible a través del tiempo en forma de artículos, revistas, libros y repositorios. Ya lo dijo Robert Day una investigación que no se publica es como si no se hubiera investigado. Un curriculum sin publicaciones limita la obtención de becas y el ascenso académico. Todo futuro egresado debe tener al menos la oportunidad de tener una experiencia de aprendizaje de lo que representa escribir un artículo, empezando por los más básicos que son el reporte de caso clínico y la investigación monográfica(seminario), para que de esta forma valore por siempre el trabajo de quienes lo hacen. Desde el aula de clase los docentes debemos jalonar este proceso de escritura en los estudiantes, descubrir a los que muestren talento para esta tarea y motivarlos para que publiquen conjuntamente con nosotros.
Por lo tanto, requerimos docentes motivados y actualizados que se preocupen también por dominar completamente estas habilidades (afortunadamente en mi asignatura cuento con docentes de ese perfil, y desde esta tribuna les pido un aplauso para la CD Mg Esp Rita Salcedo y la CD Mg Maria Angélica Alvarez que han velado por la calidad de la redacción científica de los seminarios), pero tambien necesitamos estudiantes receptivos, que sientan la necesidad de publicar en una revista científica indexada o para empezar en el repositorio de la universidad.
http://sisbib.unmsm.edu.pe/BibVirtual/monografias/principal.asp
Finalmente, para el reporte de caso, se darán cuenta de que se trata de observar bien a los pacientes, poder buscar información en cualquier idioma, analizarla apropiadamente, y si representa un interesante artículo, sentarse a escribirlo y revisarlo con su docente, para que otros puedan aprender de lo que han logrado experimentar. De eso se trata y no de hundirse en el marasmo de la apatía. Aunque de ello hablaremos en alguna otra oportunidad.
Y para terminar, es que esas horas extras que les dedicamos a asesorar los seminarios y los casos clínicos no son reconocidas económicamente por la Universidad (no nos pagan por exigirles que redacten científicamente), sencillamente lo hacemos porque queremos formar una nueva generación de odontológos(as) inclinados a la investigación en odontopediatría.
 

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